¡Es que nosotros somos diferentes, oiga!
enero 28, 2011 2 comentarios
Que curioso es todo, que diferentes las cosas, las personas, pero que iguales los autobuses que nos llevan y los cuerpos blancos, morenos o negros. Que diferente la evolución y el desarrollo de las costumbres, de la solución de los problemas, pero que iguales las preocupaciones por el trabajo, el pan, los hijos, la dicha, la guerra o la violencia. Que diferentes las banderas, y sin embargo, que limitadas e iguales todas, siempre rectangulares, con colores elegidos de una dada gama que de forma distinta se combinan. Que diferentes los pueblos y ciudades, pero que iguales las ratas y las líneas del asfalto de las calles. Que diferentes los fríos y los calores secos o húmedos, pero que iguales las camisetas de manga corta y las pellizas. Que diferentes nuestros sufrimientos y placeres, pero que parecidos nuestros dolores de muelas, nuestras decepciones personales, nuestros enamoramientos. Que diferentes nuestros wáteres pero que iguales nuestros acuclillamientos en la taza o sin ella. Que diferentes nuestras salsas, pero que iguales nuestras formas de mojar el pan en los platos. Que diferentes nuestras patrias, pero que iguales nuestros líderes que nos engañan y nos distraen de nuestros dolores, de nuestros amores y de nuestras salsas.
Malditos aquellos que priman las diferencias para agrandarlas enterrando todo lo que nos iguala aún siendo tan distintos, sólo por avaricia, por ansias de poder y por demostrar que son los más patriotas luchadores de su diferente tierra que también forma barro cuando se moja, los odio.